Escrito por Fiorina
Adorati
Mi enemigo en Santiago no es una
persona o un animal pero si no las famosas pastelerías de esta zona. Hay algo
acerca de los dulces que no puedo evitar de antojar. Es casi como una adicción
que es tan difícil de dejar o dejar de pensar, me levanto por las mañanas y lo único
que pienso es cuando puedo pasar por una pastelería para comprar una deliciosa
factura. Y no solo esto, también discuto en mi mente cual panadería quiero ir
ya que hay por todas partes. Ya lo sé, esto es completamente ridículo. Pero la
culpa es que existe una pastelería en prácticamente todas las calles y disponen
sus dulces en las ventanas; entonces, se me hace imposible no parar a mirar y meterme
adentro a comprar algo. Tengo que confesar que uso la mayoría de mi dinero en
pastelería. Me encanta la crema pastelera, le da la factura una dulcedad y
cremosidad que es exquisita. Creo que a los españoles les encantan su pan
fresco y pasteles caseros. ¡Oh! casi se me olvidó de mencionar sobre la obsesionan
con la tarta de queso que los gallegos tienen. Lo he probado antes; bueno, un
par de veces en diferentes panaderías. Cada panadería tiene su propia receta,
lo cual se me hace aún más difícil de no
probar una de todas las pastelerías que paso. Lo suelen combinar con café o té,
es como un snack y es una manera de pasar la tarde con amigos. Las pastelerías
van a ser una de las cosa que voy a extrañar muchísimo cuando regrese a los
estados. Debo regular mi antojo porque si no me voy a poner como una
vaca; pero bue, mi excusa es que solo voy a ser un estudiante extranjero en España
una vez. ¡Disfruten de las fotos!
Universidad de
Santiago de Compostela, España